Dentro del panorama deportivo de América del Norte la NFL es -esencialmente- una liga de estadios suburbanos. La MLS, en cambio, es un torneo de instalaciones urbanas, tan céntricas como a las distintas franquicias les sea posible.
El éxito empresarial que la Major League Soccer hoy puede mostrar a su público y a sus competidores se debe en gran medida al cambio de paradigma que significó pasar de jugar en grandes estadios de football americano o baseball a los llamados soccer-specific stadiums.
El proceso de metamorfosis se inició con el Columbus Crew Stadium (hoy Mapfre Stadium) y tiene como marca más reciente la inaguración del Avaya Stadium. De los 20 equipos que participan de la temporada 2015 solamente 5 de ellos no cuentan en la actualidad con un estadio específico.
- Orlando City SC acaba de confirmar que su nueva casa estará lista en aproximadamente un año.
- D.C. United se mudará a una nueva cancha en la capital estadounidense en 2017.
- New York City FC hasta nuevo aviso es local en el Yankee Stadium, aunque existen planes para mudarse a una instalación propia en el futuro.
- Seattle Sounders seguirá por varios años más en el gigantesco CenturyLink Field gracias al promedio de casi 40.000 espectadores que congrega en sus encuentros como local.
- Vancouver Whitecaps juega en el BC Field, que no es un ‘estadio específico’ propiamente dicho, sino un escenario multiusos acondicioando par la práctica del fútbol.
- Y luego está el caso de New England Revolution…
El subcampeón de la temporada 2014 es propiedad de la familia Kraft, que también controla a New England Patriots, una de las franquicias más poderosas y populares de la NFL. Ambos equipos juegan desde hace años en el Gillette Stadium, un escenario para más de 65.000 espectadores, con superficie de juego artificial y ubicado en Foxborough, a unos 40 kilómetros del centro de Boston.
Es sabido que desde hace algunos años los dueños de la franquicia buscan un lugar en Boston donde poder levantar una instalación para los Revs más acorde con la normativa y los deseos de la MLS.
Durante los últimos siete meses Robert Kraft y sus familiares negocian con el banco mayorista Goldman Sachs. La firma estuvo a cargo de manejar el plan de inversión del Yankee Stadium, las arenas de Orlando Magic y Sacramento Kings y los proyectos de algunos clubes de fútbol europeos. Al mismo tiempo el grupo empresarial mantiene reuniones con funcionarios locales desde hace un mes.
Desde el año pasado los Kraft tienen en mente un terreno público en la zona sur de Boston que también era pretendido para construir instalaciones deportivas en caso de que la ciudad fuera designada como sede de los Juegos Olímpicos de 2024. Luego de que el Comité Olímpico de Estados Unidos retirara su candidatura las opciones para los dueños de New England Revolution crecieron notablemente.
El principal obstáculo en este caso no parece ser la potencial ubicación del SSS, sino quién pagará por la obra. De acuerdo con los analistas que revisan la viabilidad del proyecto lo más probable es que Goldman Sachs y el grupo propietario busque implementar un sistema similar al empleado en el caso del Yankee Stadium.
En el diamante del Bronx la tierra sobre la que se levanta el estadio es propiedad de la ciudad de New York. La estructura del estadio pertenece a una agencia de desarrollo económico de la Gran Manzana. Y los New York Yankees son los principales accionistas de una empresa que se dedica a operar el estadio, a través de la cual efectúan pagos a la ciudad de Nueva York en base a las ganacias que esa explotación comercial va reportando.
Si bien esta opción no ha sido presentada todavía al gobierno local se estima que la iniciativa encontraría apoyo administrativo y polítco, pero no sería bien vista por los contribuyentes de Boston, quienes tendrían que financiar parte o la totalidad del estadio con el dinero que abonan con sus impuestos.