La United Soccer League -la única liga de segunda división reconocida por la federación de fútbol de Estados Unidos- anunció días atrás que en 2018 contará con un total de 33 equipos participantes, salvo que se produzca alguna novedad de última hora.
La North American Soccer League -a la que meses atrás la USSF le ha quitado el estatus de segunda división- apenas puede exhibir en su web oficial a seis clubes dentro de su circuito. Una cifra sobre la que sería prudente -además- mantener cierta prudencia y no descartar de antemano ningún otro egreso.
El 8 de enero la NASL anunció que adoptaría el ‘calendario internacional’ de la FIFA -el que se emplea en gran medida en Europa y grandes ligas de fútbol del Hemisferio Norte-, y que su temporada 2018-19 comenzaría el 11 de agosto de este año y finalizaría el 1 de junio del año próximo.
La modificación -vale aclararlo- queda supeditada al resultado de la apelación que la North American Soccer League interpuso en contra de la U.S. Soccer luego de que la federación revocara su condición de liga de segunda división. En otras palabras, la NASL se queda sin competición durante el primer semestre del año, a la espera de novedades que den más certeza o terminen de aclarar su situación.
Tras la marcha de Indy Eleven a la USL, New York Cosmos y Miami FC son las dos teóricas potencias de esta NASL bajo mínimos. Por ahora los acompañan otros cuatro equipos, con urgencias de diferente grado.
Jacksonville Armada asegura que, pase lo que pase, no se quedará sin competir en 2018. Su presidente –Robert Palmer– manifestó que su club podría encontrar un lugar en las semiprofesionales National Premier Soccer League y United Premier Soccer League, al tiempo que no descartó unirse a la National Independent Soccer Association.
El Puerto Rico FC -que actualmente tiene tiene a un solo futbolista bajo contrato- salió a desmentir horas atrás que mantenga deudas con sus empleados administrativos. La mala situación general de la liga y el destrozo que en 2017 ha causado el paso de dos huracanes sobre la isla caribeña ponen en duda la sostenibilidad del club que es propiedad de Carmelo Anthony.
Del San Diego 1904 FC -el emprendimiento liderado por varias jugadores del fútbol europeo e internacional que estará ubicado en la ciudad fronteriza con Tijuana- poco se sabe. En teoría, el club será de la partida cuando la liga inicie la temporada 2018-19.
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Algo más misterioso es el estado del California United FC, que tiene previsto jugar en Fullerton, Orange County. Entre poco y nada se sabe en concreto sobre este proyecto que -al igual que en el caso de San Diego 1904 FC– todavía no ha completado los trámites que le permitirían jugar de manera oficial en la NASL este año.
¿Así, o más complicado? ¿Puede una liga de pretendido alcance nacional sostenerse en base a solo seis clubes? ¿Es capaz la North American Soccer League de congregar a nuevos equipos antes del inicio del curso 2018-19? Si el fallo de la Corte Suprema estadounidense es adverso, la NASL recibirá el tiro de gracia. Es altamente improbable que equipos con ambiciones grandes como Miami FC o el Cosmos acepten jugar en una tercera división. Tanto o más difícil aún será que decidan hacerlo en una liga completamente independiente y desafiliada de la federación de Estados Unidos.
La North American Soccer League todavía sangra por malas decisiones individuales o colectivas que desembocaron en la fallida aventura del Rayo Vallecano en América del Norte, o el hecho de que el vigente campeón –San Francisco Deltas– tuviera que disolverse tras apenas un año de competición, por dar apenas dos ejemplos de fallos muy recientes.
Rocco Commisso, el propietario del Cosmos, está atrincherado en su posición de rebeldía frente a lo que él considera es una situación establecida y favorable para la Major League Soccer en el espectro del fútbol profesional estadounidense. Es, en muchos sentidos, una posición irreductible.
Riccardo Silva -la contraparte de Commisso en Miami FC– da la sensación de ser bastante más pragmático. No por nada los rumores que circulan cada vez con mayor insistencia indican que el club del sur del estado de Florida podría mudarse a la USL más pronto que tarde. Un movimiento que -de manera concluyente- dinamitaría a la manoseada NASL y a quienes todavía intentan sostenerla.
Fotografía: http://www.nasl.com