
Décadas después de su máximo momento de gloria el New York Cosmos sigue siendo considerado en muchas partes del mundo como el nombre más reconocido del fútbol estadounidense a nivel internacional. Prueba de ello son los partidos que el club ha jugado recientemente en Asia y Centroamérica, y el proyectado encuentro frente a la selección cubana en La Habana. El Cosmos sigue funcionando a la perfección como representante del antiguo star system del que formó parte en los setenta y los ochenta. Todavía retiene esa capacidad de atracción.
Aquel equipo, el que construyó la épica y el carácter mítico de su juego y sus conquistas, fue indudablemente el mejor de Estados Unidos durante la era dorada de la primera versión de la North American Soccer League. El New York Cosmos de 2015 no solamente no es el mejor representante del fútbol norteamericano en la actualidad, sino que es el tercero en importancia -con distancia- en el área triestatal, por detrás de New York Red Bulls y New York City. Del mismo modo, la actual NASL dejó de ser la liga más importante de Canadá y Estados Unidos para quedar relegada al estrato de Division II dentro del organigrama de US Soccer.
El pasado fin de semana el Cosmos jugó su primer partido como local en la Temporada de Primavera de la NASL. Para celebrar el inicio en casa de su tercera participación en la liga desde su resurgimiento en 2010 el club invitó a dos de sus figuras históricas más emblemáticas, Pelé y Franz Beckenbauer (en la fotografía). Los dos exfutbolistas participaron de eventos corporativos, actividades promocionales y benéficas y también hablaron con la prensa local y extranjera congregada para cubrir el inicio de la campaña del club como local.
En medio de toda la fanfarria y el entusiasmo que siempre genera su presencia en New York el astro brasileño realizó algunas observaciones que pueden ser consideradas como bastante críticas con la actual conducción del Cosmos. En pocas palabras lo que O Rei quiere para el club es una mejora del plantel, la construcción de un estadio propio, y la rápida llegada del equipo a la Major League Soccer.
Pelé, en declaraciones al New York Post, trazó una hoja de ruta para este New York Cosmos 2.0. «Primero, tiene que ganar torneos, campeonatos. Segundo, tiene que armar un buen equipo. Por supuesto, en mi época, teníamos a los mejores jugadores, pero el primer año fue un poco complicado. Luego nos organizamos con (Franz) Beckenbauer, Carlos Alberto y Giorgio Chinaglia.»
«Luego el Cosmos se hizo conocido, muy conocido, alrededor del mundo», dijo el excapitán de la selección de Brasil. «Creo que eso es lo que debe hacer el Cosmos. Tienen que conseguir algunos futbolistas buenos, conocidos, y ganar. Eso es muy importante. Ahora tienen dos buenos jugadores como Raúl y Marcos Senna. Pero creo que eso no es suficiente para armar un buen equipo. Necesitan tener jugadores excelentes.«
En 2013 -su primer temporada como equipo ‘reencarnado’- el Cosmos ganó el Torneo de Otoño y el Soccer Bowl (el trofeo de campeón anual) de la NASL. Pero el año pasado el club neoyorquino no obtuvo ningún título. El fichaje de Raúl González Blanco fue pensado como revulsivo y excusa de relanzamiento de un equipo que comenzaba a entrar en una fase de ostracismo y desaparición gradual en los grandes medios que cubren al fútbol norteamericano. Por ahora la presencia del exatacante del Real Madrid funciona en ese sentido.
A Pelé también le preocupa la falta de una casa propia. Actualmente el Cosmos actúa como local en el Shuart Stadium, una instalación rústica, con una superficie de juego artificial, propiedad de la Hofstra University, de difícil acceso desde la ciudad de New York. «Necesitamos un estadio. Desde que jugué aquí el Cosmos tiene el mismo problema», dijo Pelé. «Lo hemos discutido mucho, y se supone que yo debería ser parte de esto (El brasileño es presidente honorario del club verdiblanco). Es muy importante. Con el nombre del Cosmos, es muy importante tener nuestro propio estadio, sin dudas.»
Hace años que el New York Cosmos intenta de que su proyecto de estadio en Belmont Park obtenga las autorizaciones administrativas necesarias para iniciar la construcción. La cuestión inmobiliara es realmente complicada para los equipos de la zona. Red Bulls tuvo que esperar 15 temporadas para poder mudarse al Red Bull Arena. Y NYCFC no tiene todavía una fecha estimada de salida del Yankee Stadium, su hogar temporal.
Pelé hurgó todavía más en las heridas que arrastra el Cosmos. El que fuera el mejor futbolista del planeta insiste; si el equipo pretende ser relevante dentro del mercado deportivo de New York es imperativo que sus directivos hagan todo lo necesario para migrar desde la North American Soccer League a la Major League Soccer. «Cruzo mis dedos para ver al Cosmos alcanzar alguna vez el mismo nivel que el equipo tuvo cuando yo jugué aquí. Para llegar al nivel más alto tienes que ser un equipo capaz de ganar el campeonato. El Cosmos tiene un gran nombre debido a su pasado, entonces deberían tener ahora un gran equipo también. Deberían estar en la liga más importante porque el nombre del Cosmos es conocido en todo el mundo.«
Pelé toca una cuestión urticante. La empresa que controla al Cosmos –Sela Sport, de Arabia Saudí– negoció tiempo atrás con la MLS la posibilidad de hacer ingresar al equipo en el circuito de la primera división. Cuando parecía que las negociaciones estaban bien encaminadas los responsables del Cosmos sorprendieron al anunciar que el club comenzaría a competir en la segunda versión de la NASL. Desde ese momento en adelante la relación entre la Major League Soccer y el New York Cosmos (y por extensión, con la North American Soccer League) se ha tensado al máximo.
Hasta llegar al extremo de que las dos máximas autoridades visibles del Cosmos pretenden ignorar el hecho de que su club compite en una liga catalogada como de segunda categoría. El director de operaciones del club neoyorquino Erik Stover cuestionó abiertamente el hecho de que la NASL sea considerada como Division II por la federación estadounidense. «Cuando ves la manera en la que el fútbol está creciendo y cómo a algunos de nuestros mercados les está yendo excepcionalmente bien, esas asignaciones de las divisiones parecen arbitrarias e incluso caprichosas.»
Seamus O’Brien, presidente del Cosmos, fue más allá. «En mi mundo, el global de la FIFA, nosotros somos primera división», disparó en la presentación de Raúl. «Escogimos la liga en la que creemos. Escogimos el modelo de fútbol en el que creemos y que es el que conoce el resto del mundo». La NASL aspira a ser una torneo de 20 equipos, con una duración de 38 jornadas, al estilo de las mejores ligas de Europa. Un modelo que resultaría en algo bastante distinto al que aplica la Major League Soccer.
Pero la realidad de la North American Soccer League está lejos de su ideal. Hoy es una competición que cuenta con apenas once participantes. Y no tiene una verdadera presencia a nivel nacional; no cuenta con ningún equipo estadounidense al oeste de la ciudad texana de San Antonio, pese a su esfuerzo por asentarse en alguna de las ciudades importantes de la costa del Pacífico. Sin una expansión y sin presencia real en el oeste norteamericano la NASL no puede plantearse pedir su recategorización a Division I. De hecho -de prosperar la iniciativa de la USL– la North American Soccer League podría perder su rótulo de segunda categoría, o podría tener que compartirlo con la que ahora es la Division III en Estados Unidos y Canadá. Hoy la United Soccer League no solamente cuenta con más equipos que la NASL (24 contra 11), sino que está asentada en mercados como Sacramento, Orange County, Phoenix, Seattle, Portland o Los Angeles, donde la NASL no tiene presencia todavía. Además -y esto no es un dato menor- la USL tiene un acuerdo estratégico de cooperación con la Major League Soccer.
En un sistema en el que no existen los ascensos y los descensos la federación de Estados Unidos asigna una división determinada a sus diferentes ligas profesionales de acuerdo con diferentes parámetros. Las variables empleadas para realizar esa asignación tienen que ver con la cantidad de equipos afiliados a un torneo, la calidad de sus estadios, la importancia de los mercados en los que está presente, y los niveles de inversión y las normas de operación exigidas.
En teoría nada impide que la NASL pueda convertirse en el futuro en una liga de Division I. Incluso podría coexistir como torneo de máxima categoría junto a la Major League Soccer en algún momento. Pero hoy está lejos de poder equipararse con la competición presidida por Don Garber. Las diferencas económicas, estructurales, de calidad de juego, de popularidad y de visibilidad entre uno y otro torneo son enormes. Imaginar una North American Soccer League que en un futuro cercano sea capaz de alcanzar el standard de la MLS hoy es mera especulación.
¿Por qué el New York Cosmos eligió a la NASL sobre la MLS? Las explicaciones que el club ha dado a lo largo del tiempo nunca van a fondo. En general se ha expresado que el modelo de negocio que ofrece la segunda categoría (sin topes salariales, sin un sistema de propiedad centralizada, sin que la liga tenga injerencia en los contratos profesionales, sin limitaciones para la figura del ‘agente libre’) se ajusta más a las necesidades y a los objetivos de desarrollo del equipo.
Con sus declaraciones ejecutivos como Stover y O’Brien ponen tierra de por medio entre el Cosmos y la Major League Soccer. El comisionado Garber tampoco se muestra dispuesto a tender puentes con el club neoyorquino. Es más, las dos partes -pese a la hostilidad del mensaje- parecen sentirse a gusto con este estado de cosas. New York Cosmos asegurando que no se siente un equipo de segunda división, y la MLS expresando que no tiene nada que debatir con una franquicia de una categoría inferior.
El deseo de ver al Cosmos en la liga más importante de Norteamérica quizás tenga que esperar. El Cosmos del siglo XXI genera demasiadas preguntas y especulaciones. Actúa en muchos aspectos como un auténtico equipo grande, y al mismo tiempo se atrinchera en una división que lo ata a un ambiente y a un folklore de ligas menores y de escasa trascendencia. Una contradicción que para el mismísimo Pelé aparece como evidente.
(Fotografía: http://www.nycosmos.com)