Bruce Arena no privilegiará a los ‘europeos’ en sus convocatorias

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El fútbol europeo no pesará más que el norteamericano cuando Bruce Arena diseñe su convocatoria para los cruciales partidos que la selección de Estados Unidos tendrá que jugar en marzo en su intento por llegar a la Copa del Mundo que Rusia organizará el año próximo.

Honduras en casa -en concreto, en el Avaya Stadium de San Jose Earthquakes- y Panamá como visitante son los rivales a vencer para el veterano técnico, quien parece decidido a romper con la tradición que existió en el USMNT mientras Jürgen Klinsmann estuvo al mando, y que siempre privilegió a los internacionales estadounidenses que actúan en la ligas de la región UEFA.

«Vamos a seguir a todos nuestros jugadores, tanto en Europa como en México, Estados Unidos y Canadá», aseguró Arena. «Decidiremos las convocatorias en base a quien creamos que pueden formar el mejor grupo de futbolistas, que puedan ayudarnos a obtener buenos resultados», agregó en el marco de una llamada telefónica en conferencia de la que participaron representantes de varios medios de prensa.

«No interesa dónde estén nuestros futbolistas. Tenemos algunos en Europa que no están jugando demasiado. Algo similar ocurre en México», explicó el extécnico de LA Galaxy. «Pero contamos con los jugadores en Estados Unidos que hemos tenido en nuestro campamento [que acaba de finalizar]. En la mayoría de los casos ellos serán tenidos en cuenta para las convocatorias de marzo».

Antes de esos partidos oficiales dentro del Hexagonal Final de la CONCACAF el seleccionador visitará a varios internacionales estadounidenses que actúan en el extranjero. Uno de ellos será el arquero Brad Guzan, quien no goza de oportunidades en el Middlesbrough inglés, y que al finalizar la temporada europea se sumará a Atlanta United FC, uno de los dos nuevos equipos de la Major League Soccer en la temporada 2017.

«Es un portero muy experimentado, y como vimos en el caso de Nick Rimando durante el campamento de enero, la experiencia significa mucho», valoró Arena. «El hecho de que no jueguen de manera consistente en sus equipos no significa que uno los pueda dejar de considerar. Creo que Brad ha demostrado con creces que es un candidato firme a ser nuestro arquero principal».

El oriundo del estado de Illinois no será el único ‘europeo’ incluido en el llamado para los encuentros de marzo. Bobby Wood (delantero, Hamburger SV), Christian Pulisic (extremo, Borussia Dortmund), Fabian Johnson (volante, 1860 Munich), DeAndre Yedlin (lateral, Newcastle), Timothy Chandler (lateral, Eintracht Frankfurt) y Julian Green (delantero, Stuttgart) también serían inscritos en la lista de Bruce Arena para esos partidos.

 

 

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Jürgen Klinsmann se declara ‘fanático’ de la MLS

 

Klinsmann

El seleccionador de Estados Unidos es consciente de que no cae bien en el ambiente de la Major League Soccer. Desde hace años Jürgen Klinsmann cuestiona a la ‘primera division’ norteamericana. Sus comentarios sobre la liga -en general- son percibidos como despectivos en su país de adopción.

El técnico alemán considera que la MLS debería contar en algún momento ascensos y descensos, también cree que debería ser un torneo más largo, y en alguna ocasión cuestionó el grado de profesionalismo de los futbolistas estadounidenses.

Probablemente el intercambio de disparos comenzó en octubre de 2014, cuando Klinsmann criticó de manera contundente el regreso a la Major League Soccer de internacionales estadounidenses como Clint Dempsey y Michael Bradley. Ambos futbolistas pusieron punto final a sus carreras en Inglaterra e Italia para sumarse -a cambio de sueldos altísimos- a las franquicias de Seattle Sounders y Toronto FC, respectivamente.

No solamente la jerarquía de la liga rechazó los comentarios del seleccionador. También lo hicieron los principales medios especializados, que comenzaron a dar la espalda a JK cuando éste decidió no llevar a Landon Donovan a la Copa del Mundo de 2014 para dar lugar en el seleccionado al joven Julian Green (hoy en el equipo filial del Hamburgo, con poquísimos minutos en el conjunto alemán).

El último año no fue fácil para el cuerpo técnico del USMNT. El equipo absoluto no clasificó a la final de la Copa Oro de CONCACAF de 2015, y posteriormente perdió el playoff clasificatorio a la Copa Confederaciones frente a México. El rendimiento de los planteles juveniles tampoco fue satisfactorio en ese período.

Ya retirado, Donovan recordó que la continuidad del seleccionador depende de la obtención de buenos resultados. Y Abby Wambach -leyenda de la selección femenina de Estados Unidos- se manifestó de una manera más contundente al abogar por el despido de Klinsmann.

En medio de ese clima, el seleccionador brindó varias entrevistas en los últimos días. Una de las más interesantes fue la que le realizó el periodista Ives Galarcep para el portal estadounidense de Goal USA.

El ex atacante de Alemania siente que la imagen de ‘enemigo de la MLS‘ que de él se ha creado responde a un error, a un malentendido. «Se basa en una idea falsa, simplemente no es correcto», manifestó Jürgen Klinsmann. «Queremos llevar a nuestros jugadores a su más alto nivel personal. Si me preguntan ‘¿Debería Michael Bradley jugar en Manchester United?’, respondería que sí, y no creo que nadie pueda discutir eso. Si tu máximo nivel es la MLS, perfecto. Voy a estar ahí para tí las 24 horas del día para ayudarte.»

El seleccionador no encuentra sentido a las declaraciones que lo definen como un técnico que está en contra de la ‘primera división’ norteamericana. «¿Entonces, por qué llevé a 13 jugadores de la MLS al Mundial de Brasil? Cuando llegué hace cuatro años dije que todo el mundo tendría oportunidades, sin importar si estabas jugando en Europa, México o la MLS. Hoy continuamos enviando el mismo mensaje.»

Uno de los mayores cuestionamientos que Klinsi debe afrontar en Estados Unidos es el de -supuestamente- haber intentado llevar al campeón universitario Jordan Morris a Europa, en lugar de dejar que se desarrolle en la Major League Soccer. El austríaco Andi Herzog (colaborador del germano y, además, seleccionador del equipo Sub-23 de las Barras y las Estrellas) consiguió una prueba en el Werder Bremen para el joven. Pese a las buenas sensaciones que el ex delantero de la Universidad de Stanford dejó en Alemania, Morris optó por regresar a su ciudad natal y firmó con Seattle Sounders, equipo en el que debutará como profesional.

«Duele cuando la gente dice que quiero que todos los chicos vayan a Europa, porque cada chico es diferente», se lamentó Klinsmann. «Si Jordan hubiera aceptado ir a Bremen y luego se da cuenta que no estaba preparado para hacerlo, en tres meses él hubiera sentido que ha fracasado. ¿Quién se beneficia con eso? Nadie.»

El jefe del USMNT asegura que no tiene ningún problema con la decisión de Morris. «Él tiene que sentir que lo que hace es correcto. Así que si él dice ‘Me muero de ganas por jugar en Seattle’ y el club está de acuerdo, eso está perfecto para mí. Lo importante es que el fútbolista esté 100% convencido.»

Otro frente hostil que se le abrió al entrenador recientemente fue impulsado por Merritt Paulson, el propietario de Portland Timbers, el vigente campeón de la MLS. Durante una entrevista en el podcast Soccer Made In Portland el empresario dijo: «No creo que encuentres un sólo propietario de un equipo de la Major League Soccer que abogue por Klinsmann.»

«Es una persona que tiene una agenda claramente anti MLS», prosiguió Paulson. «Toma decisiones poco racionales, como ocurrió con Landon Donovan. Su prioridad es la gente que juega en el extranjero, y probablemente premiar con convocatorias a la gente que juega afuera, incluso si no merecen estar en la selección.»

Pese a que Jürgen Klinsmann consiguió hablar en privado con Merritt Paulson para aclarar sus diferencias, el alemán sabe que la mayoría de los dueños de franquicias de la MLS no lo respaldan abiertamente. «Junto a mi cuerpo técnico somos los mayores fanáticos de la Major League Soccer debido al crecimiento del juego que aquí se ha producido», argumentó el seleccionador. «Quizás yo sea el mejor ‘vendedor’ de la MLS en Europa, porque constantemente hablo con entrenadores, futbolistas, aficionados y periodistas. Estoy dando muchas entrevistas ahora, y los comentarios que hago tienden al desarrollo del interés por la MLS en Europa.»

Fotografía: U.S. Soccer

 

Jürgen Klinsmann quiere descensos y ascensos en la MLS

Klinsmann

La selección de Estados Unidos acaba de regresar de un breve tour por Europa. En un corto lapso de tiempo el equipo de Jürgen Klinsmann derrotó a Holanda y Alemania. Con altibajos, con algunas decisiones bastante debatibles -y enfrentando una resistencia pronunciada de parte de ciertos sectores de la prensa- el exdelantero germano está dando al USMNT una carácter competitivo al que el ambiente futbolístico norteamericano quizás no está del todo acostumbrado.

En el marco de la visita a su país natal Klinsmann concedió una entrevista al periódico Rheinische Post. Para el público americano lo más interesante de esa serie de preguntas y respuestas está vinculado al deseo del seleccionador de ver un sistema de ascensos y descensos en la Major League Soccer. El técnico cree que ese tipo de instancia aumentaría la competitividad dentro de la liga y, además, elevaría el nivel de los jugadores que lleguen al equipo nacional.

Es necesario efectuar una serie de observaciones. Si bien dentro de la pirámide jerárquica del fútbol estadounidense -y, por añadidura, canadiense- existen tres categorías profesionales (MLS como liga de Division 1, NASL como Division 2, USL como Division 3), no hay entre ellas ningún tipo de vinculación. En otras palabras, ni los últimos clasificados de la Major League Soccer descienden a la North American Soccer League, ni los campeones de la Division 3 se ganan el derecho a participar de la Division 2 en la temporada siguiente. Son ligas/categorías completamente estancas e independientes.

Lo que ocurre en el soccer imita la situación de las otras grandes ligas del deporte norteamericano. Si bien existen otros torneos profesionales de baloncesto de menor entidad, los equipos de la NBA no pierden la categoría en caso de terminar entre los últimos puestos al final de temporada. Lo mismo ocurre con respecto a las ligas de primer orden de football americano (NFL), béisbol (MLB) y hockey sobre hielo (NHL), por mencionar a las más populares.

Desde el punto de vista empresarial y administrativo la MLS funciona de una manera muy parecida a las otras grandes ligas. De hecho, muchos accionistas o ‘propietarios’ de franquicias en el máximo circuito del soccer provienen del universo de la NFL y la NBA. Los conceptos de ‘ascenso’ y ‘descenso’ son inexistentes dentro de ese ámbito de los negocios deportivos. Si Los Angeles Lakers no corre riesgo de perder su condición de equipo de la NBA tras una seguidilla de malas temporadas, ¿Por qué debería perderla Montreal Impact -el que menos puntos sumó en 2014- dentro de la MLS? Tal es el razonamiento que guía a actuales y potenciales inversores; también a la liga.

A día de hoy el valor-llave de un equipo en expansión dentro de la Major League Soccer es de aproximadamente 400 millones de dólares. Unos 100 como entrada a la liga; y al menos otros 200 para la construcción de un estadio específico. Esos montos, la cantidad de equipos y ciudades en la que está representada y el nivel de infraestructura y visibilidad colocan a la MLS en el escalón más alto del fútbol profesional norteamericano. Claramente alejada del standard que la NASL y la USL representan en ese momento.

Siempre hablando de la situación presente, la incompatibilidad entre MLS, NASL y USL es importante. No solamente por el grado de desarrollo, por su popularidad y por el nivel de estelaridad de sus principales futbolistas, sino incluso por su formato. La Division 1 cuenta con 20 equipos, espera llegar a los 24 antes de 2020, y seguirá creciendo más allá de esa cifra en el futuro. El torneo de Division 2 es bastante más reducido; en las últimas horas anunció la llegada de su participante #13 en la temporada 2016. Y en la Division 3 encontramos una liga de 24 contendientes, varios de ellos asociados o filiales de franquicias de la Major League Soccer.

Docenas de interrogantes se plantean al imaginar el hipotético descenso de un equipo de la actual MLS a la actual NASL. Tantos, que es muy fácil creer en la imposibilidad de que ese supuesto sea realidad bajo las presentes condiciones del fútbol profesional en Norteamérica.

Jürgen Klinsmann vive en Estados Unidos desde bastante antes de haber aceptado su cargo de coach de la selección. Por ende, conoce de primera mano de qué manera está compuesta la pirámide del fútbol profesional, y cuáles son sus potenciales y límites fácticos. El antiguo estratega de la Mannschaft sabe que la prensa especializada y los factores de poder alrededor de la Major League Soccer en general se oponen a la idea de un torneo con descensos. Pese a ello, el alemán expone de manera abierta sus ideas, deseos, o las que él considere como recomendaciones de valor.

«La emoción de la batalla por el descenso no existe en la liga estadounidense», señaló Klinsmann durante la entrevista. «Los inversores de los clubes (de la MLS) podrían pasar de un momento a otro a ser dueños de equipos de segunda división. El riesgo sería demasiado alto. Pero el deporte se beneficiaría de ello. Nuestros jugadores en Europa lo saben. Eso hace más fuerte a nuestra selección. (En Alemania en particular, en Europa en general) Siempre se juega por algo, semana tras semana. Ya sea en la punta o en el fondo de la tabla, siempre tienes que rendir.»

La opinión de Klinsmann no es una más. Dejando de lado su peso histórico como jugador y entrenador en el fútbol internacional, JK no es un seleccionador más para la federación estadounidense. Además de estar a cargo del USMNT el alemán es el Director Deportivo de la U.S. Soccer; lo que lo convierte -entre otras cosas- en asesor de primer nivel en el diseño de las competiciones internas en su país de acogida.

No es esta la primera observación crítica que el entrenador de Estados Unidos hace sobre la MLS. A Klinsmann no le gustó nada que varios de los internacionales americanos dejaran en las últimas temporadas sus trabajos en las ligas europeas para sumarse a franquicias de la Major League Soccer. También manifestó que cree que las vacaciones de las que gozan los futbolistas en el torneo local son demasiado largas. Y también consideró que la Division 1 dificulta el desarrollo de los jugadores juveniles y entorpece la labor de las selecciones juveniles.

La visión de Jürgen Klinsmann sobre el fútbol, a nivel general, es catedrática. Y bien ganado tiene el derecho para que así sea. Pero no siempre es del todo precisa cuando entra en la minuciosidad de la Major League Soccer. Pocos días atrás Michael Bradley (uno de los ‘repatriados’ duramente criticados por el seleccionador) firmó un partido para el recuerdo frente a la selección alemana. Una comparación realizada por Jugador Franquicia demostró que el campeón de la MLS en 2014 descansó menos días que algunos de los principales monarcas del fútbol europeo. Y los equipos sub de Estados Unidos son cada vez más competitivos, como ocurre con la absoluta.

Queda claro que Klinsmann encuentra un montón de defectos en la organización y el formato de la Major League Soccer y el resto de los estratos del fútbol profesional de Estados Unidos. Y varios de esos reclamos son atendibles. Quien esto firma cree que la máxima categoría ganaría muchísimo con una segunda división fuerte (algo que hoy no existe), y con una normativa que permita la existencia de un sistema de pro/rel (promotion / relegation). Los mejores torneos domésticos del mundo funcionan de esa manera y la MLS declara de manera constante que quiere pertenecer a ese grupo selecto.

Lo que JK cuestiona excede a la Major League Soccer. Es una cuestión a debatir dentro de toda la estructura profesional y formativa del fútbol estadounidense. En este momento es complicado hallar una plataforma sólida desde donde la inestable NASL pueda comenzar a negociar con la MLS y con la federación su papel en el futuro. De hecho, cada una de las ligas existentes en América del Norte funcionan en sus propias frecuencias. Al extremo de que en pleno 2015 -y ante evidencias palmarias que se reproducen semana tras semana- la actual North American Soccer League no se reconoce como un torneo de menor entidad que la Major League Soccer.

Cualquier amante del fútbol dará la razón a quien ponga como ideal a la situación que se vive en la Bundesliga, los campeonatos de inferior categoría y las academias de formación en Alemania. Pero la comparación permanente que Klinsmann hace entre el fútbol de su país natal y el de Estados Unidos en más de una ocasión puede lastimar más que construir.

El sistema formativo y profesional alemán está en condiciones de poner en ridículo a casi todos sus pares a nivel planetario. Cuestionar al sistema americano porque las cosas no funcionan de la misma manera o no comparte el calendario que Alemania u otras potencias europeas es -en muchas ocasiones- dar golpes al aire. Palabras que no surten otro efecto más que el de aglutinar y dar motivos a sectores que permanentemente cuestionan el trabajo del seleccionador en este país.

Donde sí Jürgen Klinsmann parece acertar es en su deseo de modificar el momento de inicio de las carreras profesionales de los futbolistas estadounidenses. Mientras en Sudamérica y Europa es frecuente que a partir de los 15 o 16 años los jugadores comiencen a ser tenidos en cuenta por equipos profesionales, por lo general en Estados Unidos la llegada a las ligas locales más importantes se produce después del paso de los deportistas por el sistema universitario.

Claro ejemplo de lo que ocurre en este país es el del delantero Jordan Morris, uno de los favoritos del técnico, que ha debutado en la selección mientras todavía actúa para su universidad. Si bien varias franquicias de la MLS han creado sistemas de captación de jóvenes talentos a través de sus academias o granjas de formación, el sistema universitario es uno de los principales proveedores de jugadores para la liga. Eso lleva a que muchos futbolistas no debuten en el circuito profesional estadounidense hasta bien pasados los 20 años. El fútbol de Estados Unidos -especialmente el de las categorías más altas- haría bien en plantearse alguna vez si necesita ser tan dependiente del circuito universitario.

Pero, mientras aguarda que los juveniles estadounidenses entren más rápidamente al sistema profesional local, Klinsmann y su cuerpo técnico también buscan en el Viejo Continente. Uno de los objetivos del scouting de U.S. Soccer es el colectivo de futbolistas adolescentes europeos que pueden jugar para las barras y estrellas. «Tenemos que aprovechar los recursos que surgen de familias en Europa con una conexión con Estados Unidos», dijo durante la entrevista a Rheinische Post. «Creo que es fantástico que muchos jugadores con doble nacionalidad decidan representar a Estados Unidos. Ellos aportan algo más; ellos vienen de países apasionados por el fútbol.»

«Explorar un país del tamaño de Estados Unidos es una tarea enorme. Así que es bueno que los jugadores que viven en Europa reflexionen sobre sus raíces.» Estas palabras del técnico abren la puerta a otra cuestión bastante polémica; la ‘germanización’ creciente de la selección americana. No solamente con la incorporación de futbolistas de cierta veteranía, como Jermaine Jones o Fabian Johnson, sino también con la llegada de jugadores muy jóvenes que han llevado a cabo su formación íntegramente (o casi) en Alemania.

Entre ellos están Julian Green y Bobby Wood, el chico hawaiano que desde 2007 trabaja dentro del sistema del 1860 Munich y está cedido actualmente al Erzgebirge Aue, de la 3. Bundesliga. Con 22 años, Wood fue uno de los héroes de la reciente gira europea de la selección estadounidense tras marcar los goles finales frente a Holanda y Alemania.

Nadie en casa se molesta ante las victorias sobre estas potencias europeas. Todo lo contrario. Pero el hecho de que Klinsmann otorgue opciones a un futbolista de la tercera división germana dice bastante sobre la valoración que el cuerpo técnico tiene de la Major League Soccer y la NASL. El gran encargado de la búsqueda de jugadores alemanes (o en proceso de formación en Alemania) que pueden ser convocados por Estados Unidos es Berti Vogts, quien recientemente ha sido nuevamente contratado por U.S. Soccer como ‘asesor técnico’. Sus tareas también se extienden al resto del Viejo Continente.

La contundencia del juego de su equipo en los dos últimos encuentros acallan -por ahora- los cuestionamientos más virulentos hacia Klinsmann. Un técnico que parece sentirse cómodo en el papel de inquisidor de los muchos aspectos que se podrían mejorar dentro del fútbol de Estados Unidos. Como ocurrió cuando decidió comenzar a pensar a la selección alemana de una manera diferente, Klinsi también divide aguas al otro lado del Atlántico.

 

Klinsmann vuelve a cuestionar a la MLS

USA v Germany: Group G - 2014 FIFA World Cup Brazil

En medio de los actos oficiales que llevaron a la presentación de la Copa Oro de este año, Jürgen Klinsmann volvió a asestar un golpe a la Major League Soccer. El técnico alemán ya trabaja con el Mundial de 2018 en mente y -como ya dejó en claro en más de una oportunidad- considera que la máxima categoría estadounidense es en mayor o menor medida un obstáculo en su camino.

Primero manifestó su desagrado por el retorno a la MLS de varios futbolistas estadounidenses que actuaban en Europa. En opinión de Klinsmann el regreso de jugadores como Michael Bradley y Clint Dempsey a la liga norteamericana iría en detrimento de su rendimiento y talento. Las palabras del seleccionador generaron una contundente reacción del comisionado Don Garber, quien se sintió agraviado por las declaraciones del exdelantero.

El ataque causó el efecto que tal vez desde un inicio JK buscó. «¿Son poco ambiciosos los internacionales estadounidenses que aceptan los contratos millonarios que la Major League Soccer les ofrece para abandonar la competición europea?». De manera velada, no directa, Klinsmann consiguió instalar esa pregunta. Después de la Copa del Mundo 2014 el técnico comenzó a marcar la cancha a muchas de las principales figuras del equipo nacional.

La segunda ola de cuestionamiento a la MLS y sus futbolistas tocó tierra en los primeros días de 2015. La pregunta que -otra vez, de manera elíptica- puso en el aire en ese momento el de Göppingen fue «¿Se esfuerzan lo suficiente los futbolistas que actúan en la Major League Soccer?»Klinsmann considera que los jugadores que actúan en América del Norte tienen demasiadas vacaciones y que no están dispuestos a trabajar para mantener su estado atlético durante su tiempo libre.

En una comparación detallada entre algunos de los principales equipos europeos y Los Angeles Galaxy (campeón de la temporada 2014) en Jugador Franquicia pudimos ver que el plantel del club californiano tuvo recientemente algunos días menos de descanso que sus pares de Bayern Munich, Arsenal y Real Madrid. El seleccionador pidió en ese momento la extensión del calendario de la Major League Soccer, planteando como ideal una temporada de once meses de duración. Y remató la faena al afirmar que los deportistas que integran la MLS carecen del caracter y el compromiso que sí tienen los atletas que actúan en las otras grandes ligas norteamericanas, como la NFL, la NBA o la NHL.

La tercera andanada se produjo esta semana. Consciente de que la batalla sobre la actualidad y el futuro profesional de futbolistas como Altidore, Dempsey o Bradley, Klinsmann está decidido a hacer foco sobre los jóvenes jugadores estadounidenses. El seleccionador se ve en la necesidad de señalar las dificultades que la Major League Soccer, en su opinión, plantea a los juveniles que aspiran a integrar los equipos Sub del USMNT.

El calendario de la MLS -que no se ajusta al ‘patrón FIFA’, como ocurre con otros torneos de primera división del continente, como los de Brasil o Argentina– impediría a los jóvenes estadounidenses jugar todos los partidos de las selecciones Sub-23 y Sub-20. Ese es el nuevo punto de debate que pone sobre la mesa el cuerpo técnico del equipo nacional. La liga norteamericana (que se extiende de marzo a noviembre/diciembre) habitualmente no suspende sus actividades durante las jornadas de partidos internacionales entre selecciones.

El USMNT Sub-23, entrenado por Andreas Herzog -asistente de Klinsmann en el equipo absoluto- comienza su preparación para el torneo clasificatorio a los Juegos Olímpicos del año próximo. A fin de marzo el equipo tiene previsto jugar partidos amistosos frente a Dinamarca y Bosnia, y la federación todavía no tiene en claro los nombres de los futbolistas con los que podrá contar para esos compromisos.

JK busca tener algo más de control sobre el desarrollo de los juveniles de la Major League Soccer, a quienes a veces les cuesta mucho jugar minutos de calidad en la liga. El seleccionador cree que si los clubes fueran capaces de ceder a sus mejores efectivos Sub-23 a la federación los deportistas no solamente sumarían partidos a su CV, sino que podrían competir y entrenar al máximo nivel con jugadores de su edad.

Por ahora, la MLS calla tras escuchar las últimas declaraciones de Klinsmann.

En un grueso resumen de su visión sobre la liga local el alemán tiene un muy personal concepto sobre la primera división de Estados Unidos y Canadá:

  • No ayuda a mantener o a elevar el nivel de sus mejores futbolistas.
  • Es un torneo demasiado corto, que otorga a sus jugadores muchos días de vacaciones.
  • Muchos futbolistas que actúan en la MLS tienen poco apego al trabajo atlético.
  • La liga dificulta el desarrollo de los jugadores juveniles y entorpece el trabajo de las selecciones menores de Estados Unidos.

Si bien las críticas que el seleccionador efectúa sobre la Major League Soccer cuentan con cierto apoyo en algunos sectores de la prensa especializada y el público, en general son muy mal digeridas por el ambiente futbolistico estadounidense.

La Major League Soccer tiene un peso importante dentro de US Soccer. Jürgen Klinsmann -además de entrenador de la selección mayor- es el ‘director técnico’ de la federación. Una figura clave en la diagramación del trabajo formativo y en el diseño de las competiciones locales en Estados Unidos. El interés del técnico está cada vez más lejos (al menos en lo público y visible) de la liga que -guste o no- ha hecho revivir al fútbol profesional en el país.

La baja de Landon Donovan del último plantel mundialista fijó el tono del trabajo de Klinsmann en la selección estadounidense. De manera personal el técnico se ocupa de aconsejar a los jóvenes futbolistas que él considera serán vitales para la selección que se presentará en Rusia en algo más de tres años. Julian Green fue el primer eslabón de un plan que parece tener más en cuenta a nuevos nombres que a los estandartes del equipo nacional durante los últimos años.

Los elogios que Klinsi acaba de dispensar a Gedion Zelalem van en ese sentido. Sustentan el plan de contar en poco tiempo con un equipo lleno de caras nuevas, que el seleccionador espera conducir hasta las semifinales de la Copa del Mundo 2018.

 

La MLS vs. Jürgen Klinsmann

USA manager Jurgen Klinsmann during the press conference

En la víspera del empate en el amistoso frente a Honduras jugado en Boca Raton el seleccionador de Estados Unidos abrió la caja de los truenos. Una vez más -pero de manera más explícita que en ocasiones anteriores- Jürgen Klinsmann puso sobre la mesa su disgusto ante las ‘repatriaciones’ de piezas importantes del equipo nacional, que se alejan de algunas de las principales ligas europeas para sumarse a las franquicias de la Major League Soccer.

«No hay nada que pueda hacer al respecto. Fui claro cuando Clint Dempsey regresó (a la MLS) y también cuando lo hizo Michael Bradley. Será muy difícil para ellos mantener el mismo nivel que experimentaron en los lugares en donde se encontraban. Es la realidad. Es, simplemente, ser honesto.» El alemán se mostró especialmente preocupado por la situación de Bradley. «Tiene que demostrar que no perdió nada (con el cambio). Tuvo que enfrentar un año muy, muy difícil. Pasó de un equipo de Champions League (AS Roma) a otro, Toronto, que parece que ni siquiera va a clasificar a los playoffs de la MLS. Es una gran decepción.» El temor de Klinsmann se extiende a Jozy Altidore, quien no cuenta con demasiados minutos en el Sunderland. «Quiero que supere este mal momento y quizás algún día pueda dar el salto a un equipo de Champions League en Europa, porque es allí donde juegan los mejores futbolistas del mundo.» Según algunos medios de comunicación el delantero centro tiene sobre la mesa ofertas de más de un equipo norteamericano de cara al inicio de la temporada 2015.

La mesa directiva de la MLS y los propietarios de los equipos no se sienten cómodos con los dichos del seleccionador. El comisionado Don Garber convocó de urgencia a una conference call con algunos miembros de la prensa especializada para responder de manera contundente a lo que considera como un ataque de Klinsmann a su obra. «Siento que los comentarios de Jürgen son muy perjudiciales para la liga y para el deporte del fútbol en Estados Unidos… Y no sólo son perjudiciales, creo que están equivocados. No creo que sea cierto que los jugadores que han regresado, Michael y Clint específicamente, hayan disminuido su calidad por haber vuelto a la liga. Creo que Klinsmann envía un mensaje equivocado a los futbolistas juveniles estadounidenses, y también envía un mensaje erróneo a los jugadores que estamos contratando en el extranjero.»  

Garber, integrante de la junta de directores de U.S. Soccer, aclaró que no busca que la federación despida al entrenador. Pero sí pretende ‘marcar la cancha’ del técnico de aquí en adelante. «Que haga públicas las diferencias que mantiene con la Major League Soccer en mi opinión no es algo que pueda permitirle cumplir de manera efectiva con el papel de no solamente ser el seleccionador nacional, sino también ser el director técnico (del fútbol) de nuestro país.» Al firmar la renovación de ‘Klinsi’ hace algunos meses la federación estadounidense no solamente lo confirmó en el cargo de seleccionador, sino que además la entregó la responsabilidad de ser el ‘director técnico’ (‘director deportivo’) de U.S. Soccer, lo que pone al exgoleador al frente de la formación de juveniles y de entrenadores y del diseño del trabajo de las academias. Pocas personas tuvieron tanto poder en el fútbol estadounidense como el que suma en este momento el alemán. “Diría que tengo una muy buena relación con Jürgen -valoró Don Garber-, y por eso estoy tan sorprendido por sus palabras. Simplemente estoy exigiendo que se abstenga de hacer comentarios críticos de nuestros jugadores y que dañan a nuestra liga.» 

La Major League Soccer -y la ‘cultura oficial’ que alrededor de ella se ha generado- no es especialmente permeable a las críticas. Recientemente Garber multó con 20.000 dólares a Bruce Arena (exseleccionador de Estados Unidos, y actual entrenador de Los Angeles Galaxy) por haberse pronunciado públicamente en contra de algunos de los procedimientos de la liga. Como muchas de las principales corporaciones norteamericanas la MLS espera/exige un alineamiento total de sus componentes o asociados con la mesa directiva. «Ver que no estamos alineados con nuestro seleccionador es decepcionante. Klinsmann no está en línea con la visión que muchas veces hemos recibido de parte de la federación, que dice que una fuerte y vibrante primera división en los Estados Unidos será uno de los principales impulsores del fútbol en este país. Pensar que nuestro entrenador del equipo nacional está en desacuerdo con eso es frustrante como el demonio.»

Desde su posición de ‘cerebro’ de un nuevo plan de desarrollo de la federación Jürgen Klinsmann parece resuelto a cortar o reducir el vínculo entre MLS y U.S. Soccer. En opinión de Garber ese proceso podría haber comenzado con la no convocatoria de Landon Donovan a la selección que disputó la Copa del Mundo 2014 y se materializa en este momento con los cuestionamientos a Dempsey y Bradley. “Landon debería haber ido a Brasil; no porque se lo haya ganado o porque lo mereciera, sino porque así lo determinaba su performance. Si alguien está en desacuerdo con eso -y Jürgen claramente lo está- entonces el tratamiento que se le dio fue inexcusable. Si Jürgen quiere hablar con Michael (Bradley) acerca de lo que él considera como de interés para la carrera del jugador, adelante. Pero que no use una plataforma global para hacerlo. Es absolutamente inaceptable.» 

Y algo de razón puede existir en la apreciación del comisionado. Klinsmann, que en algún momento manifestó que le gustaría dar una impronta más latina a la selección estadounidense, terminó presentando en Brasil un equipo con un alto contenido de jugadores vinculados al fútbol alemán. La inclusión en el último equipo mundialista de Julian Green -un prospecto del Bayern Munich, en ese entonces casi un perfecto desconocido- en detrimento de Landon Donovan -probablemente el producto más icónico de la Major League Soccer- fue una declaración de intenciones. A pesar de que JK intenta por estas horas bajar el tenor de sus valoraciones sobre la liga norteamericana muchos ven un rumbo marcado en la trayectoria de la selección estadounidense de aquí a 2018, cada vez más alejado de la hoja de ruta creada a través del vínculo entre la federación y la MLS.

Quien firma esta entrada está tentado a aseverar que parece imposible que el seleccionador de Estados Unidos pueda prescindir de manera progresiva de los futbolistas que produce la Major League Soccer a lo largo de los próximos cuatro años. También podría decir que es improbable que todas las soluciones que Klinsmann quiera o pueda aplicar provengan de jugadores formados en Europa o en activo en algún torneo local en la zona UEFA. El técnico está condenado a depender en mayor o menor medida de los elementos que la liga le entregue temporada tras temporada. Quizás por eso el momento y la forma de expresar su descontento con el regreso de algunas figuras a la MLS no fueron los más oportunos o adecuados. Especialmente luego de haber sido elevado a la categoría de director técnico de la federación. Le guste o no, está obligado a defender y cultivar algunos de los intereses básicos de la liga. Y la realidad del fútbol norteamericano ‘condena’ a Klinsmann a convivir con la primera división de Estados Unidos y Canadá.

Jürgen Klinsmann es un personaje global. Con impacto y trascendencia internacional, más allá de su actual vínculo con U.S. Soccer. Parece ingenuo, como mínimo, que la Major League Soccer intente moderar o condicionar la opinión del alemán sobre el fútbol local. La fricción, la crítica y la discusión de ideas son terrenos por descubrir para la jerarquía de la liga. Al menos eso es lo que nos dejan ver a quienes desde la distancia presenciamos este choque de trenes. En este momento de tirantez Sunil Gulati, el presidente de la federación, es quizás la única persona capaz de abrir un espacio de entendimiento entre el entrenador que se fija como objetivo llevar a Estados Unidos a las semifinales de Rusia 2018 y un torneo que pretende alcanzar a los mejores del planeta en la próxima década.