Amor ‘verde’, presente ‘blanco’, Fredy Montero se confiesa

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Tras su regreso a la MLS esta temporada 2017, el colombiano Fredy Montero ha conseguido con los Vancouver Whitecaps FC, la mejor marca anotadora de su carrera (13 tantos) igualando una de sus temporadas con Seattle Sounders.

Irónicamente, el delantero puede sobrepasar ese récord este miércoles cuando por primera vez vestido del blanco de Vancouver juegue en el CenturyLink Field, casa de su Seattle Sounders del alma.

De cara a ese regreso y a ese enfrentamiento, Montero escribió una carta en el portal The Players Tribune (texto original aquí: «Cascadian Man»).

En Jugador Franquicia decidimos traducirla por lo íntimo del texto, y los detalles que cuenta acerca de su carrera e impacto de la MLS en su historia.

Este es el texto de la carta escrita por Montero y traducida por @jrojasa75:

«Quiero contarles acerca de mi primer juego en Seattle en 2009. Yo jugaba para los Sounders. Era el partido inaugural del equipo en MLS y jugábamos contra Nueva York. Recuerdo el clima por su puesto, porque yo no estaba acostumbrado.

Hacía frió y estaba húmedo – Soy de Colombia, de una zona húmeda y siempre muy caliente – también estaba muy oscuro.

Unos meses antes, cuando aterricé en Seattle llegando de Colombia, había nieve en el suelo. Me dije algo como: Ok, esto no va a ser nada como en casa. Esa noche me acosté viendo caer copos de nieve por la ventana de mi cuarto de hotel. La ciudad era un poco silenciosa durante mis primeros días allí – En Colombia la gente no es así- Pero el día de nuestro primer partido, Seattle estaba viva.

Lo recuerdo porque marqué el primer gol en la historia de los Sounders en MLS. Era el minuto 12, la pelota me llegó e hice lo que he estado haciendo desde que nací: anotar goles. Inmediatamente escuché el ruido más fuerte que nunca haya escuchado.

Realmente, no es cierto. Justo después de anotar el gol no escuché absolutamente nada. Nada, podía escuchar el viento correr golpeando mi cara mientras corría hacia la bandera del tiro de esquina a celebrar. Pensaba en cómo quería recordar ese momento por siempre y esperaba que los aficionados lo recordaran también. Llegué a la bandera del tiro de esquina, miré a la tribuna y entonces allí el ruido me golpeó, como el rugido de un león. Supe entonces que iba a ser parte de la historia de este club por siempre.

Fue in momento increíble. Y estoy seguro que cuando pise de nuevo el terreno de juego en Seattle esta semana, por primera vez desde que me fui en 2012, voy a pensar en ese recuerdo.

De blanco y en Canadá, Montero vuelve a Copa Cascadia con ojos en Copa MLS

Lo más duro, de lejos, de mudarme de Colombia a Estados Unidos – al menos para mí – fue no saber nada de inglés, nada en absoluto. Tenía 21 años y no hablar el idioma me hacía todo más difícil, desde ordenar comida, hacer compras y sobre todo, tener amigos.

Dos de mis amigos vinieron conmigo desde Colombia a Seattle. Ellos hablaban un inglés suficiente para traducirme, así que íbamos a todas partes juntos.

En Octubre de 2009 nos invitaron unos conocidos a una fiesta de Halloween. Recuerdo que yo todavía era muy tímido y como no sabía que ponerme, no nos disfrazamos. Llevábamos en el lugar solo unos minutos cuando la vi – era la mujer más hermosa que había visto en mi vida. Y le dije a mis amigos que quería saludarla. “Fredy, tu no hablas inglés”, me dijo uno de ellos.

Les dije que ellos iban a tener que traducir por mí. No recuerdo exactamente lo que pasó después (creo que Dios intervino), pero ella me dio su número de teléfono y dijo “Text me”.

Text her?, bajé una aplicación de traducción a mi teléfono y pocos minutos después le envié un mensaje de texto diciendo:

“Hi, I’m Fredy”.

Salimos un par de veces durante las siguientes semanas con un grupo de amigos. Ellos traduciendo por mí y eso me ayudó a sentirme confortable cerca de ella. Es suficientemente complicado hablar en español a una mujer hermosa, pero en Inglés … no es bueno.

La aplicación de traducción me ayudaba cuando se trataba de enviarle mensajes de texto, pero sabía que en algún momento iba a tener que salir con ella, solos los dos.

Fuimos a un restaurante italiano en el centro de Seattle. La comida era muy buena, lo recuerdo porque comí mucho. Sabía que si mantenía mi boca llena podía escucharla a ella en lugar de tener que hablar. Ella debió pensar que yo estaba loco porque ordené comida suficiente para tres personas.

Mis amigos me habían dado una libreta para que llevara conmigo esa noche. Tenía escritas frases en inglés que podían ser útiles para mí cuando tuviera que hablar. Cosas como “Estas en la Universidad? o Cómo estuvo tu día?

Yo probablemente le entendía el 30 por ciento de lo que ella estaba diciendo. Yo me encargaba de comer, asentir con la cabeza y mirar de reojo mi libreta. Pero sabía que estaba enamorado de ella. Era tan paciente y considerada, que eso significaba demasiado para mí.

Unos dos años después, nos casamos y no necesité de mi aplicación de traducción para decir “I do” ( “acepto”).

En mi segundo año con los Sounders, el equipo me ayudó a tras mi familia completa desde Colombia. Mi madre, mi papá, mis dos hermanas y mi hermano. Todos se mudaron conmigo. Fue muy generoso de parte del equipo y es un testamento a la forma como los Sounders cuidan de sus jugadores. Sin la ayuda del equipo no estoy seguro dónde estuviera mi familia. Estados Unidos nos ha dado grandes oportunidades que probablemente no hubiéramos tenido en nuestro país. Seattle será siempre un lugar especial para mí por cosas como esa.

La ciudad se convirtió en mi casa y por eso es que fue tan duro para mí regresar a Colombia y jugar en 2012 con Millonarios. Tuve que dejar mi familia en Seattle y mucho más duro fue pedirle a mi esposa que dejara a su familia también. Ni fueron tiempos fáciles y los sacrificios que ella hizo significan mucho para mí.

Desde que era un jovencito tuve el sueño de jugar los grandes torneos en Europa y sabía que regresar a jugar en Colombia me daría un buen chance de conseguirlo. Así que lo tenía que intentar, no quería abandonar mi sueño.

Una temporada después estaba jugando en Portugal, en la ‘Primeira Liga’, la Champions League y la Europa League, marcando goles y haciendo realidad mi sueño.

Mejor que cualquier cosa que haya conseguido en el campo de juego en Portugal, fueron las dos hijas que mi esposa Alexi dio a luz mientras vivíamos en Lisboa. En 2016, como familia, los cuatro empacamos y dejamos Portugal para ir una temporada a China.

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Yo seguía viajando a Seattle cada que era posible. En uno de esos viajes, unas cortas vacaciones de mi temporada en 2016 de mi equipo Tianjin TEDA, recibí un mensaje de texto de Mauro Rosales, viajo amigo con quien jugamos varias temporadas en los Sounders. Él había escuchado que yo estaba pensando en regresar a Estados Unidos y quería saber cuál era mi destino. Le dije que todavía estaba pensándolo y que le contaría. Pero él me pensaba mensajes y mensajes contándome acerca de Vancouver (porque él había jugado con los Whitecaps en 2014 y 2015).

Le dije algo como: te convertiste en agente ahora? te retiraste? no vi nunca eso en las noticias.

Pero él siguió hablándome de lo genial que era Vancouver, la gran relación que tenía con el entrenador y los aficionados y que yo debía considerar ir allá.

Hablé entonces al respecto con mi esposa y sabíamos que si íbamos a Vancouver podríamos estar cerca de nuestras familias de nuevo.

Así que en febrero pasado me convertí en un Whitecap. Y todo lo que Mauro me contó resultó cierto. Vancouver es espectacular. Recuerdo que Alexis y yo llevábamos quizá 48 horas cuando se volteó y me dijo, “no puedo creer lo simpático que es todo el mundo aquí”.

Ok, yo sé que eso es un cliché acerca de los canadienses, pero es verdad. Puedo ver porqué Mauro ama esto. La ciudad y el club e hacen sentir parte de su familia inmediatamente. Verdaderamente es una de las mejores organizaciones con las que he estado.

Sin embargo, los aficionados se tomaron su tiempo para adoptarme como uno de los suyos. Y yo respeto eso. Ellos conocían de mi historia en Seattle y sabía que tenía que ganarme su cariño. El entrenador Robinson me dio una buena oportunidad de trabajar duro todos los días en los entrenamientos y probar que merecía estar aquí y que podía contribuir.

Yo sé que sin importar lo que escriba aquí, probar que soy uno de ustedes, aficionados a los Caps, es más de demostrarlo que de decirlo. Espero que hasta ahora haya hecho eso y prometo seguir dando todo lo que tengo por este club y esta ciudad cada vez que vista el escudo.

Solo quiero seguir mostrando el talento que Dios me dio y ser parte del equipo especial que tenemos este año. He estado en grandes equipos en mi vida, pero el nuestro es verdaderamente único porque tenemos una identidad muy fuerte. Eso es lo que me gusta más. No importa quién esté en la titularidad, jugamos de la misma forma. No tenemos la pelota la mayoría del tiempo, pero eso está bien, porque en fútbol no se trata de quién tiene la pelota sino de qué haces con ella cuando la tienes. Sabemos que cuando atacamos podemos anotarle a cualquiera. Nuestros líderes atrás – Kendall Waston, Jordan Harvey, David Ousted – y realmente toda nuestra línea defensiva y el medio campo, nos da a los delanteros la confianza para ser nosotros mismos.

La identidad de nuestro equipo encaja con lo que pienso acerca del deporte, porque el fútbol para mí se trata de tres cosas: trabajar y desarrollar el talento que tienes; jugar por una ciudad, un equipo y sus aficionados; y divertirse. En Vancouver nos divertimos mucho cuando jugamos y espero que los aficionados lo noten.

Nos ha ido bien hasta ahora, pero sabemos que en MLS las diferencias son cortas y cualquiera le puede ganar a cualquiera. Un juego se puede perder durante los preparativos para el partido. Por eso continuamos empujando increíblemente fuerte en nuestras sesiones de entrenamiento. Esta semana, me estoy preparando para jugar contra el equipo que tiene un lugar especial en mi corazón. Y rezo para que, ojalá un poquito, el equipo se sienta de la misma forma hacia mí.

Tendré muchos familiares y amigos en las gradas de CenturyLink Field. Algunos con camisetas de los Sounders y otros con la de los Whitecaps. Y eso está bien. Me siento orgullosos de mi paso por Seattle.

va a ser extraño regresar al lugar donde comencé mi carrera en MLS. Pero cuando suene el silbato inicial, seré un Whitecap. No voy a Seattle a ver a mi familia, voy a traer tres puntos de vuelta a Canadá.

Y espero que si anoto un gol, no escuche absolutamente nada de nuevo.»

 

 

 

 

 

 

 

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