Todo llega. Robert Kraft -el propietario de New England Revolution– está analizando seriamente la posibilidad de que su equipo de soccer deje de jugar en el Gillette Stadium de los Patriots, su equipo de football.
La idea es mudar a los Revs a un estadio específico en una zona más céntrica y urbana, dentro de la ciudad de Boston.
La casa de estudios compró ese terreno en 2010 por casi 20 millones de dólares con la intención de ampliar su campus. La explotación (conjunta o a nivel exclusivo) de un estadio de fútbol dentro de sus instalaciones sin duda podría ser de gran ayuda para las finanzas de la sede de la UMass en Boston.
El Revolution es parte de la pequeña minoría de equipos de la Major League Soccer que todavía no cuentan con un estadio propio. El equipo de Nueva Inglaterra busca construir una casa propia, con un aforo cercano a los 25.000 espectadores para poder dejar el Gillette Stadium de casi 70.000 asientos.
La mudanza de los Revs a Boston contaría con el apoyo expreso del alcalde Marty Walsh, que desea contar con un estadio de fútbol dentro de los límites de la ciudad.
Con anterioridad la familia Kraft intentó construir un estadio específico para New England Revolution en South Boston (como parte de la precandidatura olímpica de la ciudad), en Revere y Somerville (municipios de los suburbios de Boston), y el barrio de Roxbury (en un terreno ubicado frente al Departamento Central de Policía de Boston).