«La historia la escriben los que ganan», dice el refrán. Y -en el caso del clásico neoyorquino del sábado- el 0-7 bien se puede explicar en base a la gran actuación de New York Red Bulls, que controló de punta a punta el partido jugado en el Yankee Stadium. Una actuación y un marcador final que pocas veces se ven en la Major League Soccer.
Pero también la goleada puede entenderse a través de la decepcionante actuación de New York City FC. El equipo entrenado por Patrick Vieira llegó al Derbi del Río Hudson como líder de la Conferencia Este. En las últimas semanas el cuadro celeste había conseguido la fiabilidad defensiva de la que había adolecido desde el comienzo de la temporada 2015. El mayor avance táctico en la corta historia del club del barrio del Bronx.
Los siete goles recibidos por NYCFC este fin de semana no solamente ponen en duda esa evolución de mediocampo hacia atrás experimentada en las últimas jornadas. Los Red Bulls expusieron en 90 minutos todas las flaquezas y errores que el equipo del City Football Group suponía que estaban saneados, superados.
Cuatro de esos tantos fueron producto de jugadas preparadas, set pieces como se dice aquí. Los otros tres goles fueron anotados por futbolistas que ingresaron como suplentes en la segunda mitad, incluyendo al defensa central Gideon Baah.
El primer tiempo finalizó 0-3, un marcador que a esa altura -por la producción del local- parecía imposible de remontar. El complemento agravó las cosas. Como aceptó Vieira en la rueda de prensa posterior al partido su equipo nunca tuvo el control emocional del partido, siempre estuvo detrás de la iniciativa de RBNY. Futbolistas pasados de revoluciones, superados en aspecto, sin respuesta frente al dominio del rival.
«Todo salió mal», sintetizó en el vestuario David Villa al referirse no solamente al marcador final, sino también al juego exhibido por New York City FC. El capitán español -sin embargo- pidió olvidar rápidamente la derrota ante Red Bulls y concentrarse en el buen trabajo hecho en los cinco o seis partidos anteriores a la caída.
Villa recuerda que nada -ni siquiera el vergonzante 0-7- quitará el conjunto celeste de la segunda posición de la Conferencia Este en este momento. El asturiano, líder positivo como pocos, busca mantener los ánimos en alto. No existe nada que pueda poner en duda que las opciones de llegar a los playoffs siguen intactas. Pero el clásico es el más severo llamado de atención para el trabajo de Patrick Vieira y sus colaboradores.
La indolencia con la que el equipo afrontó el segundo tiempo es lo primero que el cuerpo técnico estará obligado a resolver. La profundidad del plantel es limitada, y la diferencia entre titulares y suplentes, grandes.
El ‘enigma Lampard’.
Frank Lampard está recuperado, o está en el tramo final de su recuperación. El inglés -que en 2015 apenas disputó una decena de partidos con New York City FC- jugó los últimos 15 minutos del derbi frente a Red Bulls. Su primer intervención desde el inicio de la temporada 2016. Lampard entró en la cancha del Yankee Stadium cuando su equipo perdía por 0-5. ¿Era necesario? Su presencia en el terreno de juego no hizo más aumentar el disgusto de los aficionados con la actuación del equipo local.
De manera previsible, el aporte del volante británico fue mínimo, casi imperceptible. El abucheo fue la manera en la que la nación celeste expresa su descontento con el que es el jugador más caro del plantel.
«Entré cuando el partido estaba cinco a cero. No era el mejor momento para entrar, pero creo que los hinchas no son concientes de la lesión que tuve», señaló Lampard en el camarín de NYCFC. «Si me abuchean porque estuve lesionado, no hay mucho que pueda hacer al respecto.»
«Tuve una lesión complicada, con una recuperación de entre 8 y 10 semanas», agregó Lampard, quien desde su llegada en el verano de 2015 no encuentra solución a sus problemas en las pantorrillas. «Estuve entrenando cada día -mañana y tarde- pero la gente no ve eso. Lo único que puedo hacer es ponerme a punto y demostrar lo que puedo hacer en la cancha.»
El exsímbolo del Chelsea quiere jugar. De manera elíptica señaló que necesita minutos. ¿Cuánto tiempo puede Lampard acumular en el banco de suplentes, mientras en la cancha están algunos perfectos desconocidos a nivel internacional, como Mikey Lopez, Tommy McNamara o Federico Bravo? El gran problema para el inglés -y, para Vieira y todo el equipo- es que esos ignotos jugadores superan por mucho en este momento a las prestaciones del jugador franquicia.
Fotografía: New York City FC