2026, el Mundial de CONCACAF

 

 

1994

Las federaciones que integran la CONCACAF consideran que el Mundial 2026 les pertenece. Tras pasar por Europa, Asia, África y Sudamérica la teoría y las costumbres de FIFA indican que la Copa del Mundo que se disputará en una década debería recalar en la confederación que congrega al fútbol de América del Norte, América Central y el Caribe.

En los hechos solamente tres países de CONCACAF pueden en este momento aspirar de manera seria a albergar un Mundial: Canadá (que nunca tuvo un torneo de fútbol masculino a nivel absoluto, pero que en 2015 organizó un muy buen torneo femenino), Estados Unidos (que fue sede en 1994, en la fotografía), y México (anfitrión en 1970 y 1986).

Ninguna de las tres potencias económicas norteamericanas esconde su voluntad de quedarse con la organización del Mundial 2026 y de hecho ya están trabajando en pos de ese objetivo.

La elección de Gianni Infantino como presidente de FIFA podría haberse debido en gran parte al trabajo de negociación que Sunil Gulati -el titular de la federación de Estados Unidos- realizó el día del comicio en Zürich. Ese hecho le brindan a Gulati y a la U.S. Soccer cierta cuota de confianza que les hacen creer que pueden estar al frente de una sólida candidatura.

Además -como veremos en la Copa América Centenario de este año- la geografía de Estados Unidos (sea a través del sistema de estadios de la NFL o del deporte universitario) cuenta con una buena cantidad de estadios flamantes o aptos para recibir un plan de renovación de cara a un evento como una Copa del Mundo. Un buen ejemplo es el Levi’s Stadium, en las afueras de San Francisco. Un torneo en Estados Unidos significaría un Mundial en el que no sería necesario construir estadios o realizar obras mayores de infraestructura.

La carta que va a poner en juego Canadá es la persona de Victor Montagliani, presidente de la federación local y fuerte candidato a ser elegido como el nuevo presidente de CONCACAF. Montagliani es visto como uno de los mejores representantes de la nueva generación de dirigentes que buscan sanear y limpiar la imagen de la Confederación, dañada tras los escándalos protagonizados por los expresidentes Jack Warner, Jeffrey Webb y Alfredo Hawit, todos conectados al llamado #FifaGate.

El caso canadiense dista del ejemplo de Estados Unidos. Un Mundial en Canadá acarrearía la necesidad de construir o remodelar de manera integral una buena cantidad de estadios. Así como la Copa del Mundo de 1994 fue determinante para el nacimiento de la Major League Soccer en Estados Unidos, los canadienses esperan que un evento de ese tipo sirva para solidificar la escena del fútbol local, tal vez por ese entonces con una Canadian Premier League medianamente establecida.

Montagliani es un claro impulsor de la idea de que el Mundial 2026 se juegue en un país de la CONCACAF. La elección del futuro presidente de la Confederación se realizará en la capital mexicana el 12 de mayo.

Horas más tarde de ese evento comenzará en la Ciudad de México el Congreso de FIFA en el que comenzará a tejerse la campaña para decidir la sede de la Copa del Mundo de 2026. La prensa local cree que la Federación Mexicana de Fútbol parte con ventaja ante el resto de sus competidores.

En primer lugar México cuenta con la liga más importante de la región, un hecho nada desdeñable. En segundo término el país cuenta con experiencia en este tipo de eventos, y su candidatura contaría con el apoyo de factores de poder absolutamente determinantes, como el del grupo Televisa.

La FMF quiere aprovechar ‘su’ Congreso de FIFA para presentar su plan inicial a Gianni Infantino y comenzar a buscar el apoyo de otras federaciones de cara a la elección definitiva. El plazo para presentar candidaturas a ser sede del Mundial 2026 expira el 17 de agosto de este año.

En principio, tanto México como Estados Unidos y Canadá buscan realizar el Mundial en solitario, pero ninguna de las federaciones de esos países descarta un torneo organizado por dos (¿o tres?) países.

Cualquiera de los tres países debería presentar una propuesta que contenga un mínimo de 10 sedes, con estadios con capacidad para entre 40 y 60.000 espectadores.

La candidatura mexicana incluiría una gran reforma al Estadio Azteca, con la voluntad de convertirlo en el primer estadio en ser sede de tres finales de una Copa del MundoEl Coloso de Santa Úrsula en una primera fase de obras incluirá un gran centro comercial en sus aledaños.

De acuerdo con trascendidos otros de los escenarios preseleccionados por la federación azteca serían:

Estadio BBVA Bancomer: la casa recientemente estrenada por el Monterrey (en las fotografías), una joya tecnológica, con capacidad para 53.500 espectadores.

Estadio Omnilife: estrenado en 2010, con espacio para casi 50.000 aficionados. La actual casa de Chivas de Guadalajara sería una de las sedes en caso de que México fuera el país seleccionado.

Estadio Corona: también conocido como Territorio Santos Modelo, la cancha de Santos Laguna fue estrenada en 2009 y cuenta con capacidad para 30.000 hinchas.

Estadio Olímpico Universitario: popularmente llamado C.U., o Ciudad Universitaria. La actual casa de Pumas de la UNAM fue la principal sede de los Juegos Olímpicos de 1968 y también acogió a algunos encuentros del Mundial de 1986. Con aforo para casi 70.000 espectadores, es uno de los estadios más peculiares del continente americano. En uno de sus laterales se encuentra el mural «La Universidad, la Familia Mexicana, la Paz y la Juventud Deportista», del artista Diego Rivera.

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