Jermaine Jones, sin el pan y sin la torta

JJ

Jermaine Jones es un soldado de Jürgen Klinsmann. Por eso es que -pese a no tener equipo en la actualidad- forma parte del stage que realiza la selección de Estados Unidos en las afueras de Los Angeles.

La temporada 2016 de la MLS está a la vuelta de la esquina y la carrera del vehemente volante de 34 años nacido en Frankfurt está en tierra de nadie. Jones llegó al fútbol norteamericano un año y medio atrás para firmar un interesante contrato con New England Revolution, que le reportó unos tres millones de dólares por temporada.

Ese convenio expiró en diciembre y el equipo de Boston ofrece una renovación a la baja a J.J., que este se niega a firmar. Además, sobre el veterano futbolista pende una suspensión por 6 partidos, impuesta en el mes de octubre, luego de que Jones tocara al árbitro Mark Geiger durante los playoffs del año pasado.

Hernias y distintas lesiones impidieron que Jermaine Jones jugara más de 19 partidos en 2015. Pese a que el mediocampista asegura que le gustaría quedarse en la Major League Soccer, asegura al mismo tiempo que los Revs le proponen en este momento una remuneración equivalente a «menos del 20 por ciento» de lo que ganaba hasta diciembre. «Es una broma», protesta el histórico box-to-box.

«Si en Estados Unidos no valoran mi nivel entonces quiero regresar a Europa, donde la gente me respeta y me ofrecen buenos contratos», protesta Jones. «Esta situación me pone furioso. Es duro para un tipo como yo, que quiere jugar», expresó el futbolista en declaraciones a la agencia de noticias The Associated Press.

En diciembre el comisionado Don Garber desestimó la apelación interpuesta por Jermaine Jones, por lo que la sanción por seis jornadas quedó firme y es aplicable en cualquier liga afiliada a la FIFA. El futbolista da a entender que por ese los equipos alemanes que le acercaron ofertas contractuales dan marcha atrás al enterarse de ese castigo.

«Si tienes a un jugador con una sanción por seis partidos, es complicado contratarlo», dijo Jones en Carson, California. «Entonces en Alemania te quedan solamente unos 10 partidos por jugar esta temporada. No es fácil para esos clubes, y siento que esto es injusto conmigo porque se me cierra una ventana. Soy un jugador que ha hecho mucho por Estados Unidos y por este deporte aquí. Todo es un poco ridículo. Es realmente loco.»

«Quiero estar a punto para la Copa América Centenario, y ahora mismo la MLS pone palos en la rueda», explica Jermaine Jones. «Eso me frustra bastante. Le digo a todo el mundo ‘Si me das un contrato justo estoy dispuesto a quedarme en la MLS. Pero si no, ya no quiero estar aquí’.» 

El seleccionador considera a Jones como un elemento casi indispensable dentro del USMNT. Desde 2010 jugó 56 partidos para el combinado de las Barras y las Estrellas -incluyendo el Mundial de 2014-. Para seguir siendo un soldado de Jürgen Klinsmann necesita encontrar de manera imperiosa un equipo que le de minutos. J.J. juega contra el reloj y -por ahora- está sin el pan y sin la torta.

 

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