La NFL aprobó el miércoles por la noche el retorno de una franquicia a Los Angeles. Veintiún años después de dejar la ciudad californiana los Rams abandonarán St. Louis para volver a radicarse en L.A., con efecto inmediato a partir de la temporada 2016-17.
La noticia causó un amplio impacto en la escena del deporte norteamericano. Los Angeles es el segundo mercado de Estados Unidos. Que la National Football League estuviera fuera de ese entorno durante más de dos décadas es una situación difícil de entender, incluso para quienes dominan en la materia.
De acuerdo con la iniciativa adoptada los Rams construirán un nuevo estadio en Inglewood, una ciudad ubicada en el suburbio sudoeste de Los Angeles. Las futuras instalaciones estarán finalizadas a tiempo para el inicio de la temporada 2019-20. Entre 2016 y 2019 la franquicia jugará como local en el Los Angeles Memorial Coliseum.
Tres equipos de la NFL competían por la posibilidad de ser autorizados a mudarse a Angeltown. Además de los Rams quienes presentaron su candidatura fueron las franquicias de Oakland Raiders y San Diego Chargers, que propusieron levantar un estadio de uso conjunto en Carson, también al sur de L.A..
Pese a recibir en principio una negativa de parte de la liga los propietarios de los Chargers podrían instalarse en Los Angeles si llegan un acuerdo con los Rams para compartir el nuevo estadio de Inglewood a partir de 2019. Los Raiders por ahora se quedan en Oakland, aunque no se descarta que puedan abandonar ese mercado en el futuro próximo.
La máxima categoría profesional del football americano nada tiene que ver con la Major League Soccer. Sin embargo, la decisión tomada en Houston tendrá con toda seguridad repercursiones en la Division 1 del fútbol de Canadá y Estados Unidos.
A continuación, algunos de los factores que pueden repercutir en el día a día y en el futuro de la MLS.
El propietario de los Rams es un personaje importante en el fútbol internacional: El dueño de los Carneros es Stan Kroenke, quien también controla -entre otros equipos- a Colorado Rapids en la MLS y al Arsenal FC en la Premier League inglesa. El estadio en Inglewood y el complejo de ocio y comercial que lo rodeará tendrá un costo final de casi 2000 millones de dólares. ¿Afectará la construcción de esa infraestructura la capacidad de inversión de la franquicia de la MLS y del cuadro londinense?
Los Rams abandonan a St. Louis, una ciudad que figura como posible escenario de expansión para la MLS: Tiempo atrás las autoridades locales y el estado de Missouri conformaron una fuerza de tareas para evitar que la franquicia de la NFL regresara a California. El objetivo era el de construir un nuevo estadio que reemplazara al cuestionado Edward Jones Dome, rechazado por el grupo propietario conducido por Kroenke. El proyecto de un nuevo complejo deportivo junto al río Mississippi -que podría haber albergado también a un equipo de la MLS- fue rechazado por la National Football League, que hoy considera a St. Louis como un mercado inviable para su organización.
St. Louis es una de las cunas históricas del soccer en América del Norte. En años recientes los eventos de fútbol internacional jugados en el Busch Stadium (un diamante de béisbol) tuvieron una gran respuesta de parte del público local. La ciudad cuenta con un importante porcentaje de habitantes de origen balcánico -especialmente bosnios-, que solidifican sus opciones como aspirantes a contar con una franquicia de la Major League Soccer. Y, además, el mercado ya cuenta con el Saint Louis FC en la USL (cuya hinchada aparece en la fotografía), la liga que parece ser el mejor conducto hacia la máxima categoría por estas horas.
Los costos de la MLS son abrumadoramente inferiores a los de la NFL. ¿Puede el fútbol de grandes ligas aprovechar el vacío que deja la salida del football americano? No sería la primera vez que la MLS consigue beneficiarse de la salida o desaparición de franquicias de otras ligas. Seattle Sounders aprovechó al máximo la salida del mercado de los SuperSonics, que con nuevos dueños reaparecieron en la NBA bajo el nombre de Oklahoma City Thunder.
Volviendo a la NFL, si San Diego Chargers decide compartir el estadio en Los Angeles con los Rams otro mercado podría abrirse para la USL y -potencialmente- para la MLS: Días atrás dimos cuenta del interés que existe en el sur de California por el fútbol profesional. A la iniciativa liderada por el empresario John Moores podría sumarse otra que busca tener a algunos ex futbolistas como caras visibles. El miércoles Landon Donovan desmintió tener cualquier tipo de vinculación con un grupo inversor en San Diego, pero los rumores que hablan de dos propuestas consolidadas para volver a instalar a un club de soccer en la frontera con México no cesan.
Oakland Raiders jugará al menos una temporada más en la Costa del Pacífico, pero su situación ‘inmobiliaria’ está lejos de resolverse: La Raiders Nation necesita con urgencia un nuevo estadio. Sea que se mantenga en Oakland (o en la zona de la Bahía de San Francisco) o decida marchar a otra zona de Estados Unidos la franquicia californiana puede verse en la necesidad de recurrir a una sede temporal hasta que su nuevo hogar termine de ser construido. Desde hace tiempo San Antonio ofrece su infraestructura (fundamentalmente el estadio Alamodome) para ser por algunas temporadas la sede provisoria de un equipo de la NFL.
La segunda ciudad más poblada del estado de Texas parece estar preparada para sumar más equipos de las grandes ligas. La empresa propietaria de los San Antonio Spurs de la NBA ya entró al negocio del fútbol (con el objetivo final de obtener una franquicia de la MLS) y no oculta su intención de explorar la posibilidad de controlar a otros equipos. ¿Atentaría la presencia (provisional o definitiva) de un conjunto de la NFL las opciones de alcanzar un cupo en la máxima categoría del fútbol norteamericano?
Fotografía: Saint Louis FC