La NASL quiere volver a tener presencia en Chicago, uno de los mercados deportivos más importantes de Norteamérica. Un nuevo grupo inversor analiza la posibilidad de que la Ciudad del Viento consiga albergar a un nuevo equipo profesional de fútbol, capaz de compartir la escena con Chicago Fire, franquicia de la MLS.
Por eso Peter Wilt, hasta el lunes presidente de Indy Eleven, renunció a su cargo con la idea de sumarse al grupo de trabajo que busca instalar a una franquicia de la North American Soccer League en la tercera ciudad más importante de Estados Unidos, por detrás de Los Angeles y New York.
Wilt -ex gerente general del Fire– considera que un equipo de la NASL podría cambiar la dinámica de Chicago como ciudad futbolera. El equipo de la Major League Soccer juega en el Toyota Park, ubicado en el suburbio de Bridgeview. El club de la NASL lo haría -si es posible- dentro de la ciudad.
«Creo que muchos aficionados en Chicago no van a los partidos de fútbol profesional porque no hay un equipo en la ciudad», aseguró Wilt.
El equipo de la NASL podría llamarse Chicago Sting, el mismo nombre del club que compitió en la primera versión de la liga y que ganó los títulos de 1981 y 1984. Una de las opciones para la franquicia en expansión sería la de comenzar a jugar en la temporada 2017 en el Soldier Field, un estadio con capacidad para más de 61.000 espectadores, en el que juegan los Chicago Bears de la NFL.
Peter Wilt fue reemplazado de manera inmediata en la estructura de Indy Eleven. Jeff Belksus, ex presidente y CEO del Indianapolis Motor Speedway, ocupa desde el lunes su posición.