Puerto Rico FC, una de las flamantes franquicias de expansión de la North American Soccer League, se encuentra en una disputa con la federación de su territorio sin haber disputado siquiera un partido. El motivo: la posibilidad de disputar competencias internacionales.
El organismo que controla el fútbol de la isla, embarcado en un proceso de reorganización de las competiciones en su territorio, presentó un estatuto que contempla que solo los equipos del Torneo de Primera División pueden acceder a las plazas de competiciones internacionales.
El caso es complejo, pero la franquicia comandada por Carmelo Anthony cuenta a su favor con el antecedente inmediato de los Puerto Rico Islanders. La difunta franquicia de la USL y NASL tenía acceso al campeonato de clubes de la Caribbean Football Union (CFU), que a su vez otorga tres plazas para la Liga de Campeones de CONCACAF. Recordadas son las actuaciones de la Tropa Naranja en esta competición, con victorias contra equipos de la talla de Santos Laguna y Los Angeles Galaxy.
Para el club, la posibilidad de disputar una competencia internacional representaría ingresos extra en materia económica, además del prestigio que implica codearse con la élite continental. Se puede argumentar además que el ingreso del Puerto Rico FC al CFU Club Championship y eventualmente a la Concachampions redundaría en un beneficio para el seleccionado, ya que expondría a los jugadores puertorriqueños que integren el plantel a un nivel de competencia mayor.
Desde FútbolBoricua, un sitio abocado a seguir el acontecer del balompié en la isla, proponen un esquema interesante para dirimir la cuestión: una copa nacional, en la que participen todos los equipos de las distintas competiciones. El esquema, similar al que utiliza Canadá para decidir que equipo representa al país en CONCACAF, sería una buena alternativa para abrir el juego a todos los actores sin dejar afuera a la nueva franquicia naranja.