Rayo OKC: Un pedazo de Vallecas en Oklahoma

Rayo Vallecano

Después de más de dos años de limbo e incertidumbre Oklahoma City volverá a tener un equipo en la North American Soccer League. Esta tarde el empresario Brad Lund -al frente de la empresa Sold Out Strategies– dará una conferencia de prensa para oficializar el anuncio.

Lund estará acompañado por Bill Peterson, el comisionado de la NASL, y por representantes del Rayo Vallecano, el club de la primera división española que, finalmente, hará posible el emprendimiento. El equipo madrileño comenzó a trabajar en conjunto con Sold Out Strategies a principios de 2015.

El futuro equipo de la segunda categoría del fútbol profesional en Canadá y Estados Unidos se llamará Rayo OKC, y jugará como local en el estadio de la Yukon High School, una instalación inaugurada hace cuatro años, con capacidad para 6.000 espectadores. El Rayo OKC tiene previsto entrar en competición en 2016.

Este anuncio plantea un interrogante a tener en cuenta. ¿Puede el mercado de Oklahoma City sostener a dos equipos profesionales de fútbol? Distintos y prolongados conflictos administrativos, accionarios y societarios impactaron de manera negativa desde hace temporadas en el desarrollo del soccer en la ciudad. Pero desde hace dos años la capital del estado cuenta con el Oklahoma City Energy FC, franquicia que milita en la USL, considerada como la ‘tercera categoría’ del fútbol norteamericano.

El experimento del Energy ha sido bastante exitoso hasta ahora. En 30 partidos jugados en calidad de local ha conseguido vender todas las localidades en la mitad de esos encuentros. ¿Cuenta Oklahoma City con suficientes aficionados como para alentar a dos clubes profesionales?

A ojos del lector latinoamericano o europeo la elección puede parecer sencilla a primera vista. El club de ‘segunda división’ debería conseguir más respaldo y apoyo popular frente a uno de ‘tercera’. Pero en el fútbol norteamericano las cosas no son tan sencillas.

Las tres principales categorías profesionales del soccer en Canadá y Estados Unidos son la MLS (reconocida por la federación estadounidense como Division I), la NASL (considerada como Division II) y la USL (Division III). Pero entre estas tres ligas no existe ningún tipo de relación de jerarquía o subordinación.

En lenguaje llano, el campeón de la NASL no asciende a la MLS — el último clasificado de la MLS no desciende a la NASL. Lo mismo ocurre entre los equipos de la NASL y la USL. La división en categorías es meramente administrativa; los distintos niveles se asignan siguiendo criterios como la cantidad de equipos que cada liga tiene, la presencia en distintos mercados en toda la geografía de Estados Unidos y Canadá, la cantidad de espectadores que cada liga tiene, el dinero que cada torneo genera, etc.

La North American Soccer League cuenta en 2015 con apenas 11 equipos. Y no tiene ninguna franquicia en la Costa Oeste, una de las zonas donde el fútbol más ha crecido en la última década. Esta previsto que en 2016 ingresen a la liga dos nuevos clubes (en Puerto Rico y Miami), a los que se agregarían la filial del Rayo Vallecano y probablemente representantes en las ciudades de Chicago y San Francisco.

Mientras la NASL busca crecer hasta llegar a ser un torneo de 20 equipos algunos de sus miembros establecidos tienen su continuidad en duda o ya tienen decidido marcharse a otras competiciones. El Minnesota United dejará pronto esta competición para convertirse en una franquicia de la MLS. El equipo de Atlanta Silverbacks corre el riesgo de desaparecer frente a la entrada en el mismo mercado de Atlanta United FC, integrante de la Major League Soccer a partir de 2017. Y las últimas noticias que llegan desde el estado de Texas hablan de un San Antonio Scorpions en serias dudas para el año próximo, luego de que su propietario decidiera vender su estadio.

Es en ese contexto de dura batalla de la NASL por su supervivencia en el que hay que analizar la llegada del Rayo OKC al fútbol norteamericano. La ‘segunda categoría’ suma equipos casi al mismo ritmo que los pierde, lo que hace temer por la el futuro de la liga. Si bien los abogados de la North American Soccer League amenazan con ir a los tribunales estadounidenses para obligar a que la U.S. Soccer reconozca a la liga que representan como un certamen de primera división, al mismo tiempo deben cuidarse de los embates de la USL, que buscan quitarle a la NASL el rótulo de Division II.

La USL es un torneo en crecimiento, con 30 equipos y una excelente representación geográfica. Desde 2014 algunos equipos filiales de franquicias de la MLS forman parte del sistema de la United Soccer League, y -algo que tal vez sea más importante para este análisis- casi todas sus franquicias son redituables y generan ganancias para sus grupos propietarios (algo que no siempre aparece de manera tan clara en la NASL).

El Rayo OKC jugará un partido crucial para la NASL. No solamente le ayudará a aumentar el número de equipos participantes (y paliar la sangría de bajas y salidas que se avecina), sino que será el modelo de prueba en un mercado en el que la ‘segunda división’ se siente obligada a disputar (y ganar) a la ‘tercera’. El Rayito del American Southwest tiene -en principio- un valor estratégico en el fútbol profesional de esta parte del mundo mucho más grande del que en primera instancia se le supone.

Fotografía: Rayo Vallecano de Madrid S.A.D.

 

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