Dan Flynn, el secretario general y CEO de la federación de fútbol de Estados Unidos, prestó declaración ante el Senado. Si bien el #2 de la U.S. Soccer negó haber tenido conocimiento de casos de corrupción en CONCACAF o FIFA admitió que a lo largo de su carrera como funcionario federativo existieron momentos en los que se sintió «incómodo».
La audiencia de la que participó Flynn fue convocada por el Subcomité de Protección al Consumidor del Senado estadounidense, bajo el título «Examen al Gobierno y la Integridad del Fútbol Internacional».
El objetivo de la reunión en Capitol Hill fue el de «analizar la integridad y los futuros cambios en la conducción de FIFA, el papel de Estados Unidos en el fútbol internacional, y la preocupación sobre las condiciones laborales en Qatar, sede de la Copa del Mundo de 2022.»
Los senadores pidieron que la federación local estuviera representada en la audiencia para saber cuánto sabía sobre los casos de corrupción denunciados por el Departamento de Justicia que sirvieron para acusar a antiguos y actuales funcionarios de FIFA.
Entre los procesados está Chuck Blazer, exvicepresidente de U.S. Soccer, exsecretario general de CONCACAF y exintegrante del comité ejecutivo de FIFA.
Durante su declaración Flynn (en la fotografía) negó tener cualquier tipo de conocimiento previo sobre esta situación.
«No supe nada sobre casos de corrupción», señaló el secretario general de la federación. «Ni yo ni mis colaboradores hemos sabido sobre algún hecho concreto vinculado a casos de corrupción en FIFA o CONCACAF.»
Lo que sí reconoció Flynn es que existieron situaciones que lo hicieron sentir incómodo. «Estaba enterado de cierto nivel de incomodidad, pero era una sensación general. No tengo pruebas concretas.»
En concreto, el federativo habló de su incomodidad con el modo en el que Jack Warner, expresidente de CONCACAF (uno de los acusados por el Departamento de Justicia), alentaba el uso de votaciones «selladas» o no transparentes durante las reuniones de la Confederación.
Sin embargo, la U.S. Soccer no presentó ninguna queja o denuncia. Flynn se justificó al alegar que la federación de Estados Unidos es apenas una de las 35 federaciones con voto en CONCACAF, 25 de las cuales pertenecen al bloque caribeño que era liderado por Warner.
Otro de los presentes en la audiencia fue el periodista británico Andrew Jennings, quien durante años ha denunciado casos de corrupción en FIFA y el fútbol internacional.
«La federación estadounidense tenía que saber lo que estaba ocurriendo… pero miraron hacia otro lado», dijo Jennings. «Si los líderes de la U.S. Soccer hubieran actuado en el momento debido Blazer y Warner estarían ahora en una prisión, (Joseph) Blatter estaría buscando asilo en Zimbabue, y el Mundial de 2022 sería organizado por Estados Unidos.»
Flynn se presentó en el Senado en reemplazo de Sunil Gulati, el presidente de la federación, que había sido citado originalmente por los legisladores.
Cuando integrantes del Subcomité quisieron saber por qué el fútbol estadounidense no había hecho más para evitar estos casos de corrupción Flynn se refirió a lo que él definió como «la ecuación de las dos opciones». O bien la U.S. Soccer abandona por completo su afiliación a FIFA y aniquila sus opciones de reformar desde adentro a esa organización, o intenta quedarse en el seno de CONCACAF y FIFA con la intención de ayudar a su depuración.
«Queríamos continuar participando para influir dentro de FIFA como uno de sus 209 integrantes», señaló Flynn. Dentro de su declaración el CEO ratificó el apoyo de su federación a la candidatura del príncipe Ali bin Hussein a la presidencia de FIFA y a la publicación en su totalidad del reporte sobre integridad en el fútbol internacional redactado por el exfiscal Michael Garcia.
Todo bien, pero estoy seguro de que si sabían, tampoco es que los de la MLS son santos.
*U.S Soccer
Nadie en este mundo es completamente inocente. Eso está claro.
Vale hacer la observación de que la MLS (y las otras ligas profesionales) no tienen una relación profunda con la federación. Funcionan bastante por «carriles separados».
De hecho, los ejecutivos de la MLS no tienen ningún tipo de intervención en la federación.
Lo único que los emparenta es que la MLS es una especie de «accionista» minoritaria de US Soccer.