En busca de la SuperLiga perdida

 

SuperLiga

Añoranza. Días atrás, mientras se sometía a una rueda de preguntas para analizar el estado de la Major League Soccer, el comisionado Don Garber admitió que la primera división de Estados Unidos y Canadá busca modos de competir con equipos de México y Sudamérica. «Diría que nos estamos acercando a CONMEBOL y a los líderes de la Liga MX. Me gustaría encontrar maneras de competir, ya sea en torneos oficiales o amistosos. La SuperLiga era un evento adelantado para su tiempo. Me gustaría encontrar la manera de volver a tener algo como eso».

La SuperLiga Norteamericana (ese era su nombre oficial) existió entre 2007 y 2010. Fue una competencia oficial, reconocida por la CONCACAF, que en todas sus ediciones se disputó en estadios de equipos de la MLS.

Del torneo participaban cada año cuatro equipos de la primera división mexicana y cuatro representantes de la máxima categoría de Canadá y Estados Unidos. Por México estaban presentes los últimos cuatro campeones de liga. Al norte de la frontera el criterio de clasificación mutó en más de una oportunidad; en su último año de existencia la Major League Soccer presentó a las cuatro mejores franquicias de la temporada regular, exceptuando a los clubes que participaban de la Liga de Campeones de CONCACAF.

Pese a que hoy manifiesta cierta melancolía por la fenecida SuperLiga, fue Garber quien -tras la edición de 2010- sentenció la desaparición de la misma. “Fue un gran torneo, que cumplió con su cometido durante un tiempo. CONCACAF se comprometió cada vez más con la idea de un torneo continental como su Liga de Campeones, a la que apoyamos completamente. Se le proporciona (a la Liga de Campeones de CONCACAF) el valor que intentamos dar a la SuperLiga, para poner a nuestros equipos contra los mejores competidores de esta región», dijo el comisionado de la MLS hace cuatro años.

Decio de María, gerente general de la Liga MX, anunció la semana pasada la idea incorporar a clubes estadounidenses y canadienses a su segundo torneo más importante, la Copa MX. Tras muchos años en el congelador el fútbol profesional mexicano revivió en 2012 a su copa vernácula, de la que participan los equipos de las dos principales categorías, y que se lleva a cabo dos veces al año (en simultáneo con los torneos Apertura y Clausura).

«Si en el futuro hubiera algún cambio podrían entrar en agosto del año que viene como una nueva temporada», indicó De María en la asamblea general de dueños de los clubes mexicanos. «Hemos evaluado la posibilidad y hemos empezado a trabajar para poder generar un concepto binacional en términos de Copa. Es un proyecto que está en ciernes, que no es oficial», añadió el ejecutivo, que especula con la llegada de las franquicias de la MLS a la Copa MX en agosto de 2015, a fin de darle más atractivo a esa competición local.

A través de un comunicado publicado en sus webs oficiales, la Major League Soccer fijó su posición sobre el anuncio efectuado por Decio de María. «Tenemos una estrecha relación con la Federación Mexicana de Fútbol y la Liga MX y estamos dispuestos a explorar oportunidades para seguir trabajando juntos y continuar el crecimiento del juego en esta región», asegura Todd Durbin, uno de los vicepresidentes de la MLS. La declaración está en sintonía con lo expresado días atrás por Don Garber«Creemos que la mayor cantidad de competencia que podamos tener entre los clubes de la MLS y los de la Liga MX, ya sea en torneos oficiales o en torneos de exhibición, es positivo para ambas ligas».

Muchas preguntas se generan alrededor de esta propuesta. ¿Puede el calendario de la MLS -que se disputa de marzo a diciembre- ajustarse a una doble ración de Copa MX cada año? ¿Participarían los equipos de la segunda división mexicana de esa fórmula XL de la Copa? ¿Qué ocurriría con la U.S. Open Cup, el torneo del que participan las distintas escalas de la pirámide del fútbol estadounidense? ¿Están satisfechas la Liga MX y la MLS con la actual estructura de la Concachampions, una competición cuya integridad está bajo sospecha?

Solamente hay un dato certero. Estados Unidos es el terreno de juego preferido de los clubes y de la selección de México. Esos equipos disputan cada año docenas de partidos -amistosos o no- en grandes en estadios de ciudades como Los Angeles, Chicago, Dallas, San Francisco o Houston, entre otras. El mejor ejemplo es el duelo llamado Campeón de Campeones. La Major League Soccer -a través de su empresa SUM, Soccer United Marketing- es quien en un alto porcentaje organiza esos eventos. En otras palabras, uno de los activos de la MLS es el fútbol mexicano disputado en Estados Unidos.     

La Liga MX reaccionó rápidamente ante la necesidad o el pedido de la máxima autoridad de la Major League Soccer. Quizás no veamos a futuro una versión 2.0 de la SuperLiga, pero sí algún tipo de integración -oficial u oficiosa- entre ambos torneos. Algo que sirva para que el eje México-Estados Unidos (más Canadá) pueda plantarse para negociar condiciones frente a CONCACAF -que no puede darse el lujo de perderlo- y a CONMEBOL -que desea tener cerca a un enorme y redituable mercado para sus productos-.

 

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